VISITANDO TARAPOTO

Pase tantas cosas con ella que será parte de mis recuerdos. Lo mejor que sabia hacer era atorarse. Tenía una técnica. Tenía su chispa y encanto. En un momento, me empecé a encaprichar por ella. Pero ni bola me hacía. Solo era sexo y nada más. Supongo que así tenía que ser. En esa época, era muy celoso y no me gustaba que la miraran. Parece que eso fue lo que le molestaba. Era muy coqueta y para cualquier varón eso incomoda. Con el tiempo, uno comprende que nadie debe obsesionarse con una mujer. Pero como saben malograr el cerebro a uno. Con dificultad salí de sus garras.